LA CIRCULACION GENERAL DE LA ATMOSFERA Y LAS MASAS DE AIRE
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Los factores fundamentales son cuatro:
1. La situación de la región geográfica
considerada en el seno de la circulación general atmosférica.
2. Su situación y configuracioón geográfica.
3. Los grandes accidentes geográficos de
la región
4. La influencia de la temperatura sobre
la superficie del mar en los casos en que la región esté
rodeada, al menos en gran parte, por mares y océanos.
Los factores complementarios son muy
diversos, siendo los más importantes la
altitud, la exposición a la radiación solar y la naturaleza de la superficie
local (vegetación natural, cultivos, lagos, embalses, ciudades, etc).
Considerando los procesos térmicos que
tienen lugar en la atmósfera, debidos a la energía que procede del sol y que
éste envía a la Tierra, y los efectos dinámicos consecuencia de estos mismos
procesos, junto al hecho de que la Tierra posee un movimiento de rotación sobre
sí misma, alrededor de un eje imaginario, y en el supuesto de que la superficie
terrestre fuese homogénea, es posible establecer esquemas teóricos de la
circulación general de la atmósfera. El hecho más significativo que estos
esquemas ponen en evidencia es la diferenciación de distintos sistemas de
vientos en forma de cinturones circumpolares.
El análisis de la imagen muestra en ambos
hemisferios tres cinturones de vientos bien diferenciados: En el hemisferio
norte, entre el ecuador y los 30º de latitud, el viento sopla del NE; son los
famosos vientos alisios. Entre los 30 y 60º de latitud, son vientos de
componente SW; y finalmente, entre los 60º y el Polo, aparecen nuevamente
vientos del NE. En el hemisferio sur se presenta una distribución similar en la
que los vientos del NE son reemplazados por los del SE, y los del SW por los
del NW.
Entre estas zonas de vientos se definen en
cada hemisferio, tres cinturones de vientos variables o calmas caracterizados
por la importancia que tienen los movimientos verticales del aire en su seno.
Así la convergencia de los vientos alisios del NE del hemisferio norte y los
alisios del SE del hemisferio sur, corresponde a un cinturón ecuatorial dentro
del cual las corrientes ascendentes dan lugar a la formación de nubes con gran
desarrollo vertical (cúmulos y cumulonimbos). En cambio, entre las zonas de los
alisios y la de los vientos oestes, las condiciones son opuestas a las
anteriores, ya que a los cinturones subtropicales centrados hacia los 30º de
latitud corresponde el establecimiento de corrientes descendentes que impiden
la formación de sistemas nubosos. Esos cinturones quedan caracterizados por su
clima árido.
La corriente en chorro (Jet Stream)
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La corriente en chorro se debe al
gradiente meridional de temperatura y a la rotación de la tierra. La diferencia
de temperatura entre el ecuador y los polos crea una circulación del aire entre
estas zonas. Si la Tierra no diese vueltas sobre sí misma, existiría sin duda
la gran célula imaginada por Hadley en 1735 entre el ecuador cálido y los polos
fríos, que formaría un gran anillo alrededor de cada hemisferio. Pero la Tierra
gira (a unos 1670 Kms/h hacia el Este) y ése anillo gira con ella. Al dirigirse
hacia el polo el anillo ecuatorial reduce su radio.
Según la ley de conservación del
movimiento cinético, la velocidad de rotación de un sólido sobre sí mismo
aumenta conforme éste reduce su radio, como una bailarina que gira más rápido
al recoger los brazos sobre su cuerpo. Nuestro anillo, al dirigirse al norte,
va a girar más rápido. Al comienzo, el aumento de velocidad no es muy grande,
pero aumenta rápidamente a medida que sube en latitud. Se trata de valores
teóricos; las observaciones dan valores relativamente menores, incluso a gran
altura, donde el efecto de frenado sobre el viento debido al suelo es pequeño.
Y la fuerza de origen térmico que desplazaba este aire hacia el polo no es
capaz de darle aún más energía. La célula ya no puede seguir más hacia el
norte. En éste lugar, el viento de poniente es muy rápido a gran altura: Es la
corriente en chorro.
Fuerzas que actúan sobre las masas de aire
La experiencia del péndulo de Foucault, efectuada bajo la cúpula del
Panteón de París, en 1851, es bien conocida: El plano de oscilación del
péndulo, en lugar de ser invariable como sucede, por ejemplo, con un columpio,
gira lentamente alrededor de un eje vertical. Foucault había puesto en
evidencia que el péndulo estaba afectado por la rotación de la Tierra. Esa
energía que desviaba el péndulo es la Fuerza de Coriolis. Todo
cuerpo situado sobre un sólido en rotación está sometido a dos fuerzas
aparentes. La primera es la fuerza centrífuga (es la que nos desplaza hacia
afuera cuando un coche toma una curva). También es la fuerza centrífuga debido
a la rotación de la Tierra la que ha hecho que nuestro planeta esté abombado y
no sea una esfera perfecta. Esta fuerza no tiene por otra parte efectos sobre
nuestros movimientos ni en los de la atmósfera, ya que es una fuerza que queda
integrada en el peso.
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Esta fuerza, debida a la rotación de la
Tierra, se aplica a todos los cuerpos en movimiento, incluído el viento. Aunque
sea muy débil posee una importancia vital, de forma que es el motivo de la
formación de los vórtices en la atmósfera y en los océanos de nuestro planeta.
Podría pensarse que el aire aspirado por
una borrasca debería dirigirse directamente hacia el centro de la depresión.
Esto, efectivamente, sucede a veces cerca del suelo, particularmente en las
zonas con relieve. Pero cuando no hay obtáculos al flujo, el viento se pone a
girar alrededor de las borrascas, de la misma manera que el agua gira en un
lavabo que se vacía.
Nos encontramos en el hemisferio Norte; el
viento que gira alrededor de una borrasca está sometido a dos fuerzas que deben
equilibrarse: La fuerza del gradiente de presión hacia el centro de la
borrasca, y la fuerza de Coriolis (las demás fuerzas, como la centrífuga son
mucho más débiles). Como sabemos que la fuerza de Coriolis actúa hacia la
derecha de la trayectoria, la fuerza del gradiente de presión lo hace en
sentido contrario. Así pues la borrasca debe encontrarse hacia la izquierda de
la trayectoria y el viento debe girar alrededor de su centro en el sentido
contrario a las agujas del reloj. Lo mismo, pero en sentido inverso, ocurre en
los anticiclones.
Se dice que el viento deja el mal
tiempo a su izquierda. Esta vieja aseveración se desprende del sentido de
rotación del viento alrededor de las borrascas. Así pues, si nos situamos de
espaldas al viento, el mal tiempo está, teóricamente, a nuestra izquierda.
Factores que afectan el clima global: Circulación atmosférica
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Los rayos del
sol proporcionan luz y calor a la Tierra, y las regiones que reciben mayor
exposición se calientan en mayor medida. Esto es particularmente cierto en los
trópicos, que experimentan menos variaciones estacionales en la luz solar
incidente. El aire tropical cargado de humedad se calienta, se vuelve menos denso
y se eleva. Pero a medida que el aire alcanza los niveles superiores de la
atmósfera, se enfría. Las moléculas de agua se condensan para formar nubes y
eventualmente caen como lluvia. El aire caliente que se eleva desde la
superficie de la Tierra aleja a la masa de aire del ecuador y libera su humedad
en forma de precipitación cuando viaja hacia el polo
Si la Tierra
no girara sobre su eje, este ciclo de evaporación, condensación y precipitación
movería el agua y el aire a lo largo de un eje norte-sur desde el ecuador hasta
los polos. Esto, sin embargo, no sucede. El giro de la Tierra crea tres
cinturones de circulación. El aire circula desde los trópicos hacia regiones a
aproximadamente 30 ° de latitud norte y sur, donde las masas de aire se hunden.
Este cinturón de circulación de aire se conoce como una celda de Hadley, por
George Hadley, quien la describió por primera vez (Holton 2004). Existen
dos bandas adicionales de aire circulante en las latitudes templadas (entre 30
° y 60 ° de latitud) y cerca de los polos (entre 60 ° y 90 ° de latitud).
La masa de
aire que se hunde a una latitud de 30? impulsa dos fenómenos:
contribuye a la formación de climas áridos e impulsa la circulación del aire al
norte y al sur de los trópicos. Las condiciones secas, incluso desérticas, ¿a
menudo ocurren a 30? de latitud norte y sur porque el aire seco descendente
extrae la humedad del suelo. A medida que el aire caliente se eleva en los
trópicos, el aire frío se extrae de las áreas circundantes para llenar el
vacío. Esto crea los vientos alisios que soplan en las regiones subtropicales.
Pero parte del aire que desciende de la celda de Hadley se aleja del ecuador
hacia los polos. Esta masa de aire crea vientos que caracterizan los patrones
climáticos en las zonas templadas.
Bajo la
influencia de la rotación de la Tierra, el aire que retorna a la superficie de
la Tierra es desviado por la fuerza de Coriolis, que desplaza el flujo de aire
hacia la derecha de su trayectoria inicial en el hemisferio norte y hacia la
izquierda de su trayectoria en el hemisferio sur. Los vientos que soplan hacia
el ecuador se desvían hacia el oeste, creando los vientos alisios del este (los
vientos del este soplan de este a oeste). En las zonas templadas, donde los
vientos soplan hacia los polos, la fuerza de Coriolis los desvía hacia el este,
y los vientos del oeste predominantes (que soplan de oeste a este) transportan
la mayoría de los patrones climáticos en estos climas templados.
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