Oposición Geografía e Historia. Prácticas de Arte. Anexo Tema 56 (El arte clásico): La evolución del retrato romano.
EL RETRATO ROMANO. EVOLUCIÓN
Los retratos más antiguos
conservado datan d la época republicana y se encuadran dentro de la tradición
de las imágenes maiorum, descritos por los textos de Polibio y Plinio y
formaban parte de la antigua costumbre funeraria d hacer mascarilla de cera a
los difuntos. El retrato en tiempos republicanos destaca por su realismo,
realizados en mármol. Destacar los retratos de personajes políticos como Sila,
Pompeyo y César.
En tiempos del emperador
Augusto, el retrato realista republicano fue sustituido por una corriente
idealizante de procedencia griega, basado en la adaptación de
modelos helénicos pero que no sustituyó completamente el realismo romano en el tratamiento
de los rostros. Esta corriente idealizada se vinculó a la familia real y grupos
aristocráticos de la sociedad romana, mientras que entre las clases populares
pervivió el concepto del retrato más realista y todavía ligado a costumbres
funerarias. Los retratos del emperador Augusto muestran un elevado componente
de idealización que continuó durante la época de los Julio- Claudios, momento
en que se generalizó el retrato divinizado de los emperadores. Se conserva el
retrato de Tiberio Claudio.
Con la dinastía Flavia se da una
especie de regreso al realismo republicano. Es un retrato
subjetivo, búsqueda de una elaboración mental
y gusto refinado. Persigue la consecución de efectos plásticos, evitando
la frontalidad excesiva y la cabeza inicia un leve movimiento lateral. Destacan
los retratos de Vespasiano o Tito. Interesantes son los retratos femeninos de
esta época, gracias a los peinados voluminosos, rebosantes de bucles trabajados
con el trépano que proporcionan contrastes de luces y sombras y recursos
plásticos.
El retrato durante el reinado de
Trajano es una constitución del realismo Flavio, desarrollándose
enormemente el busto hasta los pectorales.
Con Adriano, época a la que
pertenece la obra comentada, el retrato imperial sufre importantes
modificaciones. El retrato imperial se caracteriza por la barba
corta y cuidada, como vemos en la imagen (muy bien
la concreción), trabajada con trépano y con ricos contrastes de luces y
sombra. Con la técnica d la incisión comienza a marcarse las pupilas y el iris
en el retratado, con lo que la expresión en el rostro adquiere una fuerza
extraordinaria. Destaca el retrato de Antinoo y el propio de Adriano.
En época de Antoninos, el
ilusionismo Flavio se torna más decorativo y recargado,
produciendo grandes contrastes entre la suavidad y la tersura de la piel y la
riqueza de claroscuros en cabelleras y barbas de profundas perforaciones.
Destacan retratos de Antonino Pio, Marco Aurelio y Cómodo. Continúan con
estas características durante la época de los Severos, hasta que en la época de
la anarquía militar, el retrato torna más esquemático y una técnica menos
precisa, a excepción del principado de Galieno, cuando la escultura asiste
a un nuevo clasicismo idealizado.
Más tarde, destaca una época de influencia
egipcia en el retrato imperial durante la Tetrarquía, donde se impone el afeitado
total del emperador y la barba corta.
Finalmente, durante l época
de Constantino coexisten las dos corrientes, la clasicista, de tradición
augusta y la anticlásica, expresionista, exagerada y con proporciones colosales
como el retrato de Constantino en el Vaticano.
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