Anexo:
TEMA, LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA (1923-1930).
1.
INTRODUCCIÓN.
El 12 de septiembre de 1923, el general Primo
de Rivera, se subleva contra el gobierno y el golpe triunfa gracias al
silencio inicial y al apoyo posterior del monarca Alfonso XIII, que pedirá al
general que forme gobierno. El objetivo principal no responde a la ambición
personal ni de ningún partido político sino a la necesidad de “normalizar” un
país que vivía momentos difíciles por el terrorismo anarquista, la agitación
separatista de los nacionalismos, el agotamiento del turnismo y del sistema de
la Restauración y la crisis marroquí agravada por el desastre de Annual. El
propio Primo de Rivera se consideraba un regeneracionista que creía necesario
un paréntesis para mejorar la vida y la cultura de los españoles que sirviera
de base para el futuro. Para lograrlo deroga la Constitución de 1876 y proclama
una Dictadura Militar provisional que no solo contó con el apoyo del monarca,
sino también con el de burgueses, patronal y clases medias católicas. La
opinión pública la acogió a medio camino entre la indiferencia y la aprobación
y solo la izquierda comunista y anarquista se opuso de frente a ella,
convocando una huelga general que sería un fracaso, pues los socialistas apenas
se quejaron. Probablemente, la figura del propio dictador, un hombre muy
alejado de las formas propias de otros dictadores del siglo XX, ayudó a esta
aceptación.
La Dictadura tuvo 2 etapas: Directorio
Militar, en el que se toman las medidas propias de una dictadura férrea
pero que logró el apoyo popular y el Directorio
Civil, en el que se suavizan las medidas y se comienza el aperturismo.
2.
DESARROLLO.
2.1.
EL DIRECTORIO MILITAR (1923-25).
El Directorio Militar, gobierno formado por encargo real
inmediatamente después del golpe de Estado, estaba formado exclusivamente por oficiales de alta graduación, lo
que acredita desde el principio el carácter militar del gobierno. Las primeras
medidas fueron la derogación de la Constitución de 1876, la disolución de las
Cortes y una estricta censura que impedía criticar a la dictadura o dar
cualquier información sobre la situación en Marruecos.
Ya en 1924 se empieza a buscar cómo solucionar con autoridad y orden
los conflictos más graves que amenazaban al país y que habían sido la causa del
fracaso del sistema político de
La promulgación del Estatuto
Municipal de 1824, era el arma fundamental para la lucha contra el
caciquismo. El estatuto, que pretendía la autonomía de los ayuntamientos y con
ella la descentralización administrativa, resultó inoperante al otorgarse
demasiado poder a los nuevos gobernantes militares, que descubrieron y
castigaron algunos casos de corrupción, pero protagonizaron otros que
permitieron mantenerse a los caciques más poderosos.
La actuación contra los desordenes públicos produjo sus efectos inmediatamente. El deterioro del
orden público, que había sido una de las causas del apoyo al golpe de Estado,
se corrigió, como suele ocurrir casi siempre en todos los regímenes
autoritarios. La delincuencia común retrocedió
hasta niveles insospechados algunos años antes. No obstante, el error de Primo
de Rivera fue confundir con delincuencia lo que era simplemente la protesta o reivindicación
política del movimiento obrero. La prohibición de manifestaciones y la censura de prensa fueron los dos
instrumentos utilizados para reprimir lo que se entendía como delincuencia.
Tras la detención o encarcelamiento de algunos responsables obreros las
protestas desaparecieron. Después, la represión se ejerció sobre los nacionalismos, los intelectuales, la prensa y
En el problema de
los nacionalismos, Primo de Rivera no estuvo hábil. A pesar de que la burguesía
catalana, e incluso la catalanista, apoyaron el golpe de septiembre el dictador
no quiso o no supo reconocer el hecho diferencial catalán y llegó a confundir
el sentimiento regionalista con el separatismo. Este error le llevó a suprimir inmediatamente
Esta actitud favoreció el crecimiento del
catalanismo insurreccional, liderado por Francesc Maciá y que pedía el Estado
Catalán. Así mismo, la burguesía catalana retiró su apoyo a la dictadura y se
acercó a las posiciones republicanas.
En el País Vasco la actitud de la dictadura fue muy similar, llegándose incluso a clausurar
Aberri, el periódico del PNV. De todo ello se deduce que la política respecto al problema nacionalista fue muy
torpe, y lejos de eliminar el nacionalismo, lo enfrentó con la monarquía, lo que contribuyó en buena medida a
su caída en 1931.
2.2.
EL DIRECTORIO CIVIL (1925-30).
Uno de los logros más populares de la dictadura fue la resolución del problema marroquí gracias a una
ofensiva conjunta hispano-francesa (1925) que terminaría ocupando el territorio
rifeño en 1927. La solución de este problema, que tanto preocupó a la sociedad
española, tuvo 2 importantes consecuencias: Potenció la influencia del sector
africanista dentro del ejército y daría el impulso definitivo para consolidar
la dictadura.
Primo de Rivera, crecido por el éxito en Marruecos y por los éxitos en
materia económica, creó el Directorio Civil,
que vendría a sustituir al militar. Esta decisión representaba que la dictadura, que nació con una idea de
provisionalidad, parecía querer estabilizarse como régimen permanente. Los
instrumentos para la ejecución de este proyecto serían
En 1927 y para institucionalizar la dictadura, se convocó una Asamblea Nacional Consultiva, formada
en su mayoría por miembros de
En consecuencia,
tanto
2.3.
ECONOMÍA, SOCIEDAD Y CULTURA DURANTE LA
DICTADURA.
El éxito económico de la dictadura se explica por la bonanza económica mundial de los años
veinte y por la política económica llevada a cabo durante y después del
Directorio Militar que tuvo un fuerte carácter proteccionista y una marcada tendencia a la creación de monopolios como
La creación de las Confederaciones Hidrográficas fue uno de los logros más importantes
de la dictadura ya que pretendían el aprovechamiento integral de todos los
recursos hidráulicos (regadíos, energía hidroeléctrica, regulación de cuencas
etc.).
La ampliación y mejora de las comunicaciones constituye otro éxito de
la Dictadura ya que la insuficiencia de la red era un freno importante a la
economía. Las comunicaciones ferroviarias recibieron un notable compulso con el
Estatuto Ferroviario, que
contemplaba la mejora y la ampliación de los ferrocarriles. La red de carreteras se amplió en más de
Los índices económicos
mejoraron en todos los aspectos, siendo destacable la progresiva
disminución del peso de la agricultura en el conjunto de la economía. Este auge
económico se mostró al mundo en dos magníficos escaparates: la exposición
Universal de Barcelona y
El mundo del trabajo lo
configuró la dictadura siguiendo el modelo de estado corporativo
fascista de Italia, se creó
La educación y la cultura
también tuvieron un gran impulso como lo acredita el número de escuelas que se
levantaron en todo el territorio español. Se construyeron además muchas
escuelas para la formación de los maestros. No obstante, la dictadura entro
rápidamente en conflicto con los educadores, con los estudiantes y con las
fuerzas progresistas en general, en virtud de las restricciones a la libertad
de cátedra y a la actividad universitaria. Algunos intelectuales de renombre
como Miguel de Unamuno, pagaron con el destierro su actitud crítica. En 1929,
cuando la dictadura iniciaba su declive irreversible, se produjeron choques
entre estudiantes y las fuerzas del orden público, lo que obligó al cierre de
2.4.
EL FINAL DE LA
DICTADURA Y DE LA MONARQUÍA.
La oposición al
régimen abarcó un amplio espectro político. Muchos dirigentes liberales y
conservadores se negaron a colaborar con el dictador y exigieron al rey el
restablecimiento de
Los republicanos,
la izquierda obrera y muchos intelectuales comenzaron a organizarse, sobre todo
a partir de 1927 cuando el régimen demostró su inmovilismo y el desgaste de
En 1929, el
descontento empezó a manifestarse de forma masiva gracias a la iniciativa de
los estudiantes, que convocaron numerosas manifestaciones y se iniciaron
sublevaciones dentro de un ejército descontento con el dictador.
Finalmente,
cuando el régimen ya se tambaleaba, en octubre se desencadenó el crack de la
bolsa en Wall Street, que provocó innumerables huelgas, la caída en picado de
la peseta y una fortísima inflación por las débiles bases sobre las que se
asentaba el modelo económico del régimen. En enero de 1930, Alfonso XIII, consciente del rechazo que suscitaba
el dictador, aceptó su dimisión.
El Rey encargó la formación de gobierno al general Dámaso Berenguer, para cerrar la página
del régimen y volver a la fase anterior a 1923. La gestión de la “Dictablanda”,
apelativo irónico de la prensa a este periodo, fue vacilante y contradictoria
en el restablecimiento de los derechos y
libertades, lo que trajo el descontento de todos los grupos sociales.
A lo largo de 1930 la oposición al rey fue creciendo: los monárquicos,
los republicanos de la derecha (aglutinados en torno a políticos del turnismo
como Alcalá Zamora o Maura), los de la izquierda con Azaña, los nacionalistas
que veían la posibilidad de conseguir sus estatutos en una posible república y
el movimiento obrero (PSOE, UGT y CNT)
En agosto de ese año los representantes de estos partidos de oposición
llegaron a un acuerdo: el Pacto de San
Sebastián que preparó un levantamiento que fallará pero que provocó la
dimisión de Berenguer en febrero de 1931.
El Rey encargó la formación de gobierno al almirante Aznar que convoca elecciones municipales para el 12 de
abril. Pretendía aprovechar las elecciones para sondear la opinión del
país. En las ciudades y núcleos más importantes, el triunfo republicano fue más
rotundo de lo esperado y en muchas ciudades comenzó a ondear la bandera
republicana. En pocas horas el rey se vería obligado a abdicar y se proclamaría
la II República el 14 de abril de 1931.
3.
CONCLUSIÓN.
La Dictadura de Primo de Rivera fue, una vez
más, un intento fallido por parte del ejército de poner solución a la vida
política española. De cualquier forma, esta dictadura no fue única en el
entorno europeo pues en el periodo de entreguerras, numerosos países como
Italia, Portugal, Alemania o Grecia también vivieron regímenes dictatoriales.
Primo de Rivera tuvo varios éxitos como el crecimiento económico, la
pacificación social y el fin del conflicto marroquí; pero también puso fin al
intento de democratizar España tras el sistema turnista de la Restauración. El
fracaso final de la dictadura arrastró también a una monarquía de Alfonso XIII
que se mostró incapaz; tanto de apoyar a la dictadura como de generar un nuevo
gobierno estable basado en la democracia, lo que llevó a la proclamación de la
II República española.
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