Oposición Geografía e Historia. Recursos didácticos. Prácticas de Historia: Historia Antigua y Medieval (Textos) Temas 25 y 26
Texto de Salviano, obispo de Marsella, sobre la transición al colonato
Agobiados por los impuestos, indigentes por la injusticia de las leyes [...], se entregan a los grandes para ser protegidos, se hacen dependientes de los ricos y pasan a estar bajo su poder arbitrario y su dominio [...]. Sin embargo, yo no juzgaría esto grave o indigno, más bien me felicitaría de esta grandeza de los poderosos a los que los pobres se entregan, si no fuera porque venden sus patrocinios, si fuera por sus sentimientos humanitarios y no por su avaricia por lo que defienden a los humildes. Parecen proteger a los pobres para despojarlos, pues todos los que parecen ser defendidos entregan casi todos sus bienes a sus defensores antes incluso de ser defendidos [...]. ¿No es inaceptable y horrible -no digo que los espíritus humanos no puedan soportarlo, sino que es difícil entenderlo- que los más pobres y miserables, despojados de sus débiles recursos y arrojados de sus escasos campos, estén, sin embargo, obligados después de haber perdido sus bienes, a pagar el impuesto de estos bienes que ya no tienen? Usurpadores duermen sobre sus bienes y los desgraciados pagan el tributo en vez de los tales usurpadores [...]. Éstos a los que la usurpación a arrancado sus bienes, la exigencia de los impuestos les arranca también la vida. Así que algunos, más alertados, cuando pierden sus escasos bienes, huyen ante los perceptores de impuestos y llegan a los dominios de los grandes y se hacen colonos de los ricos. Y con frecuencia, aquellos que huyen desesperadamente hacia cualquier refugio, por miedo a sus enemigos o porque han perdido la integridad de su estatuto de hombres libres, se unen a la categoría abyecta de los inquilini (colonos), obligados por la necesidad, de tal forma que, despojados tanto de sus tierras como de su condición [...], se ven privados de todo, hasta de la libertad". Salviano, obispo de Marsella. Sobre el gobierno de Dios.
CLASIFICACIÓN:
Nos encontramos ante una fuente primaria pues el autor
es contemporáneo a los hechos. Al describir el proceso de formación de un hecho
histórico, el proceso de formación del sistema de colonato, podemos considerar
como historiográfica. Se trata de un fragmento de la obra Sobre el gobierno de Dios, cuyo autor es el obispo
de Marsella, Salviano. Fue escrito hacia el 450
d. C., constaba de 8 tomos. En esta obra trata de explicar la crisis del
Imperio Romano del siglo V y las consecuencias de la mismo. Es, por tanto, una
fuente pública que tiene una intención didáctica y divulgativa dirigida a un
público erudito.
ANÁLISIS:
La idea, en torno a la cual gira el texto, es exponer ...
Para completar y personalizar el comentario de texto aquí os dejo algunas aclaraciones histórico-jurídicos en torno al surgimiento del colonato:
La ciudad de
Roma, a partir del siglo III d.c., inicio una inexorable perdida de autoridad
como eje central del imperio, dado que las provincias iban adquiriendo una
mayor autonomía, lo cual tenía su origen en el tamaño del propio imperio,
grande y de difícil conducción.
Esta situación
condujo a la paralización de muchas de las actividades comerciales, además de
una parálisis en las conquistas, lo primero conllevaba que, muchas ciudades no
pudieran recaudar impuestos por las actividades comerciales, y lo segundo, que
al no haber conquistas, desaparecía una de las principales fuentes de ingreso
del estado romano.
En medio de esta
situación, muchos propietarios comenzaron a liberar a sus esclavos, a los
cuales se les entregaba un pedazo de tierra, junto con lo necesario para su
explotación, lo cual pagaban mediante elevados tributos al dueño de la tierra,
quien se erigía como un pequeño soberano, al tener control sobre grandes
extensiones de tierra.
En esa situación
de cuasi – esclavitud estaban los sometidos a la institución del colonato, la
cual, como se asegura, hizo su aparición en la época del bajo imperio, toda vez
que previamente, en el período clásico, la palabra colonus se empleaba
exclusivamente para designar, bien al propietario cultivador del suelo de Roma
o de las colonias, ora al arrendatario del predio o tierra de otro.
Pero en el bajo
imperio, seguramente a consecuencia de la miseria y debilidad romanas, el
vocablo colono pasó a ser comprensivo de la persona natural o física que
quedaba atada a perpetuidad a la tierra de otro para cultivarla a cambio de un
censo en dinero o en especie. De ahí que se sostenga que el colono era
individuo humano de condición mixta, entre la esclavitud y la libertad.
Se llegaba ser
colono, bien por nacimiento, cuando los padres, o la madre solamente, eran
poseedores de esa calidad, dado que se trataba de cuestión hereditaria; bien
por convención o acuerdo de voluntades; o bien por prescripción de 30 años.
Llegaban a ser
enteramente libres los colonos, por manumisión, por promoción al episcopado y
cuando vivían como libres por espacio de treinta años. Eran los colonos, en
realidad, esclavos de la tierra, esto es, servi terrae, porque no podían
abandonarla a voluntad, ni tampoco podían ser separados de ella sin su
consentimiento. Debían, eso sí, cultivar el terreno y pagar al propietario
renta en dinero o en especie, lo que no los convertía en esclavos del tal
propietario, por lo que entonces pudieron contar con patrimonio propio,
obligarse y contraer nupcias; pero para enajenar los bienes que llegaran a
adquirir, debía mediar la anuencia del dueño del terreno dado en colonato.
El dueño de la
tierra tenía el derecho de patronatos, es decir, la facultad que tenía el
patrono sobre el colono, quien debía trabajar la tierra del patrono a perpetuidad
y, en caso de venderse esta, someterse a la potestad del nuevo propietario.
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