miércoles, 21 de julio de 2021

Oposición Geografía e Historia. Prácticas Geografía Física y de España. Mapas temáticos regiones biogeográficas y suelos. Tema 17: La península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España Peninsular e Insular.

 Oposición Geografía e Historia. Prácticas Geografía Física y de España. Mapas temáticos regiones biogeográficas y suelos. Tema 17:  La península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España Peninsular e Insular

MAPA REGIONES BIOGEOGRÁFICAS


Los seres vivos, los ecosistemas y, con ellos, los paisajes naturales existentes en España presentan una importante diversidad, motivada por la gran variedad de climas, sustratos y suelos de su territorio. En función de lo anterior, la flora española permite diferenciar tres grandes regiones: la Eurosiberiana, la Mediterránea y la Macaronésica.

La primera es propia del Norte y Noroeste peninsular. Goza de temperaturas suaves y veranos húmedos y es favorable al desarrollo de la vegetación. Coincide con la popularmente llamada "España verde".

La Mediterránea, que se corresponde con la llamada "España parda", ocupa el 80% de la Península y Baleares. Se caracteriza por unos veranos cálidos y secos, condiciones que someten a la vegetación a un notable estrés hídrico.

La Macaronésica, a la que pertenecen las Islas Canarias, está expuesta a influencias contrapuestas: por un lado, a las masas de aire frescas y húmedas aportadas por los alisios y, por otro, en algunas ocasiones, a los vientos saharianos secos y cálidos. A su vez, las diferencias de orientación y de altitud determinan una gran diversidad de ambientes.

Por otra parte, cada región presenta unos suelos característicos, que dependen estrechamente del tipo de roca, del clima, de la vegetación, así como del tiempo transcurrido desde su formación y de la incidencia de las actividades humanas. Pero, a su vez, el suelo también ejerce su propia influencia, pues es el soporte de la vegetación, el almacén de agua y nutrientes que utilizan las plantas y, además, desempeña un importante papel regulador de la hidrología. A todo ello se suma que, a través de las actividades agrarias, es un recurso esencial para la alimentación humana.

Asimismo, y atendiendo a la composición de la cubierta vegetal, las regiones se pueden dividir en "provincias biogeográficas" y éstas en "sectores". Cada una de las regiones y provincias biogeográficas presentaba, antes de su alteración histórica por las actividades humanas, una vegetación en equilibrio con las condiciones ecológicas de cada lugar, y diferente en cada caso: se trata de la llamada "vegetación potencial", mayoritariamente compuesta por bosques.

Sin embargo, la sustitución de la vegetación preexistente por tierras de cultivo, pastos o espacios edificados ha supuesto una importante reducción de la superficie forestal y, en general, de los ambientes naturales que, en la actualidad, no ocupan más que un pequeño porcentaje de la superficie total.

Como consecuencia de lo anterior, los bosques aparecen hoy muy fragmentados y rodeados por áreas de cultivos, pastos u otros usos. Los paisajes resultantes son diferentes en función del tipo de bosque original pero, también, del tipo de usos del suelo que tradicionalmente han dominado en cada región. De este modo, por ejemplo, en la montaña Cantábrica los bosques suelen alternar con prados; en las áreas mediterráneas se intercalan entre cultivos de secano y amplias zonas de matorral, mientras que en el interior, menos poblado, subsisten serranías con extensas áreas boscosas o, en el oeste peninsular, encinares aclarados formando dehesas. Los bosques canarios, muy diferentes según la altitud y exposición, forman, junto a los entornos agrarios, un variado mosaico de paisajes.

En conclusión, los paisajes vegetales actuales son el resultado de la combinación entre las condiciones naturales y la actividad humana, tanto la que existe actualmente como la herencia de la que se desarrolló en el pasado.


MAPA DE SUELOS: 




El suelo es la capa que se forma, en la superficie del terreno, como consecuencia de la interacción entre la litosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. Constituye el nexo entre el mundo inorgánico y el de los seres vivos.

Su formación, o "edafogénesis", es el resultado de un largo proceso que se inicia con la disgregación mecánica de las rocas, acompañada por diversos procesos de meteorización química de los fragmentos que resultan de esa disgregación. Estas etapas iniciales permiten la instalación de unos primeros seres vivos (principalmente microorganismos) sobre ese substrato inorgánico. A partir de ese momento, los procesos vitales y metabólicos contribuyen a la meteorización de los minerales, acelerando la edafogénesis y permitiendo la instalación de comunidades vegetales cada vez más complejas que, a su vez, también seguirán favoreciendo la formación del suelo.

Dependiendo de los factores que han condicionado su desarrollo, los suelos españoles que se representan, de manera simplificada, en este mapa pueden dividirse en varios grupos:

  • Suelos cuya génesis ha estado muy condicionada por las características topográficas:
    • Regosoles: poco desarrollados, formados a partir de materiales no consolidados y en áreas de pendientes acusadas. Tienen una capacidad agrícola muy escasa.
    • Leptosoles: muy superficiales, con poco espesor, que se forman sobre roca dura o áreas muy pedregosas, normalmente en laderas de fuerte pendiente. Son poco aptos para la agricultura.
    • Fluvisoles: formados a partir de materiales aluviales recientes aportados por los ríos. Tienen un alto interés agrícola.
  • Suelos minerales muy condicionados por el material sobre el que se han formado:
    • Arenosoles: originados sobre materiales arenosos, poco desarrollados, muy permeables y con escasa capacidad para retener agua y nutrientes.
    • Andosoles: de color oscuro, formados a partir de rocas volcánicas, bien evolucionados y fértiles.
    • Vertisoles: de color oscuro, contienen abundante arcilla, material que al secarse suele producir grietas verticales, anchas y profundas.
  • Suelos formados bajo condiciones áridas o semiáridas, con una alternancia de periodos secos y húmedos que favorece la precipitación de sales, carbonatos o yeso:
    • Solonchaks: con abundancia de sales.
    • Calcisoles: con acumulaciones de carbonato cálcico.
    • Gypsisoles: con acumulaciones de yeso.
  • Suelos minerales condicionados por su edad de formación, donde el tiempo transcurrido no es todavía suficiente para que se hayan desarrollado:
    • Cambisoles: desarrollados sobre diferentes tipos de sustrato son muy variables, aunque presentan siempre horizontes diferenciados. Permiten numerosos usos agrarios. Cuando se trata de Cambisoles húmicos ácidos se denominan Umbrisoles.
  • Suelos que se forman en regiones que presentan condiciones climáticas húmedas o subhúmedas al menos durante una gran parte del año:
    • Luvisoles: el intenso lavado de estos suelos durante las estación húmeda permite la acumulación de arcilla en los horizontes inferiores (Bt).
    • Planosoles: formado en zonas llanas o deprimidas, donde el suelo puede permanecer encharcado estacionalmente.
    • Podzoles: formados en áreas frías y siempre húmedas, presentan un color gris, y son muy ácidos por acumulación de humus en el horizonte A. Presentan una fuerte diferenciación en horizontes.


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