Oposición Geografía e Historia. Prácticas Geografía Física y de España. Mapas temáticos regiones biogeográficas y suelos. Tema 17: La península Ibérica: relieve, clima y vegetación. Diversidad regional de la España Peninsular e Insular
MAPA REGIONES BIOGEOGRÁFICAS
Los seres vivos, los ecosistemas y, con ellos, los paisajes naturales existentes en España presentan una importante diversidad, motivada por la gran variedad de climas, sustratos y suelos de su territorio. En función de lo anterior, la flora española permite diferenciar tres grandes regiones: la Eurosiberiana, la Mediterránea y la Macaronésica.
La
primera es propia del Norte y Noroeste peninsular. Goza de temperaturas suaves
y veranos húmedos y es favorable al desarrollo de la vegetación. Coincide con
la popularmente llamada "España verde".
La
Mediterránea, que se corresponde con la llamada "España parda", ocupa
el 80% de la Península y Baleares. Se caracteriza por unos veranos cálidos y
secos, condiciones que someten a la vegetación a un notable estrés hídrico.
La
Macaronésica, a la que pertenecen las Islas Canarias, está expuesta a
influencias contrapuestas: por un lado, a las masas de aire frescas y húmedas
aportadas por los alisios y, por otro, en algunas ocasiones, a los vientos
saharianos secos y cálidos. A su vez, las diferencias de orientación y de altitud determinan una gran
diversidad de ambientes.
Por
otra parte, cada región presenta unos suelos característicos,
que dependen estrechamente del tipo de roca, del clima, de la vegetación, así
como del tiempo
transcurrido desde
su formación y de la incidencia de las
actividades humanas. Pero, a su vez, el suelo también ejerce su propia
influencia, pues es el soporte de la vegetación, el almacén de agua y
nutrientes que utilizan las plantas y, además, desempeña un importante papel
regulador de la hidrología. A todo ello se suma que, a través de las
actividades agrarias, es un recurso esencial para la alimentación humana.
Asimismo,
y atendiendo a la composición de la cubierta vegetal, las regiones se pueden
dividir en "provincias biogeográficas" y éstas en "sectores".
Cada una de las regiones y provincias biogeográficas presentaba, antes de su
alteración histórica por las actividades humanas, una vegetación en equilibrio
con las condiciones
ecológicas de
cada lugar, y diferente en cada caso: se trata de la llamada "vegetación
potencial",
mayoritariamente compuesta por bosques.
Sin
embargo, la sustitución de la vegetación preexistente por tierras de cultivo,
pastos o espacios edificados ha supuesto una importante reducción de la superficie forestal y, en general, de los ambientes
naturales que, en la actualidad, no ocupan más que un pequeño porcentaje de la
superficie total.
Como
consecuencia de lo anterior, los bosques aparecen hoy muy fragmentados y
rodeados por áreas de cultivos, pastos u otros usos. Los paisajes resultantes
son diferentes en función del tipo de bosque original pero, también, del tipo
de usos del suelo que tradicionalmente han dominado en cada región. De este
modo, por ejemplo, en la montaña
Cantábrica los bosques suelen alternar con prados; en
las áreas
mediterráneas se
intercalan entre cultivos de secano y amplias zonas de matorral, mientras que
en el interior, menos poblado, subsisten serranías con extensas áreas boscosas o, en el oeste peninsular, encinares
aclarados formando dehesas. Los bosques canarios, muy diferentes según la altitud y
exposición, forman, junto a los entornos agrarios, un variado mosaico de paisajes.
En conclusión, los paisajes vegetales
actuales son el resultado de la combinación entre las condiciones naturales y la
actividad humana, tanto la que existe actualmente como la herencia de la que se
desarrolló en el pasado.
MAPA DE SUELOS:
El suelo es la capa que se forma, en la superficie del terreno, como consecuencia de la interacción entre la litosfera, la atmósfera, la hidrosfera y la biosfera. Constituye el nexo entre el mundo inorgánico y el de los seres vivos.
Su formación, o "edafogénesis", es el
resultado de un largo proceso que se inicia con la disgregación mecánica de las
rocas, acompañada por diversos procesos de meteorización química de los
fragmentos que resultan de esa disgregación. Estas etapas iniciales permiten la
instalación de unos primeros seres vivos (principalmente microorganismos) sobre
ese substrato inorgánico. A partir de ese momento, los procesos vitales y
metabólicos contribuyen a la meteorización de los minerales, acelerando la
edafogénesis y permitiendo la instalación de comunidades vegetales cada vez más
complejas que, a su vez, también seguirán favoreciendo la formación del suelo.
Dependiendo de los factores que han condicionado su
desarrollo, los suelos españoles que se representan, de manera simplificada, en
este mapa pueden dividirse en varios grupos:
- Suelos cuya génesis ha estado muy condicionada por las características
topográficas:
- Regosoles: poco
desarrollados, formados a partir de materiales no consolidados y en áreas
de pendientes acusadas. Tienen una capacidad agrícola muy escasa.
- Leptosoles: muy
superficiales, con poco espesor, que se forman sobre roca dura o áreas
muy pedregosas, normalmente en laderas de fuerte pendiente. Son poco
aptos para la agricultura.
- Fluvisoles:
formados a partir de materiales aluviales recientes aportados por los
ríos. Tienen un alto interés agrícola.
- Suelos minerales muy condicionados por el material sobre el que se han
formado:
- Arenosoles:
originados sobre materiales arenosos, poco desarrollados, muy permeables
y con escasa capacidad para retener agua y nutrientes.
- Andosoles: de color
oscuro, formados a partir de rocas volcánicas, bien evolucionados y fértiles.
- Vertisoles: de color
oscuro, contienen abundante arcilla, material que al secarse suele
producir grietas verticales, anchas y profundas.
- Suelos formados bajo condiciones áridas o semiáridas, con una alternancia de periodos secos y húmedos
que favorece la precipitación de sales, carbonatos o yeso:
- Solonchaks: con
abundancia de sales.
- Calcisoles: con
acumulaciones de carbonato cálcico.
- Gypsisoles: con
acumulaciones de yeso.
- Suelos minerales condicionados por su edad de formación, donde el
tiempo transcurrido no es todavía suficiente para que se hayan
desarrollado:
- Cambisoles:
desarrollados sobre diferentes tipos de sustrato son muy variables,
aunque presentan siempre horizontes diferenciados. Permiten numerosos
usos agrarios. Cuando se trata de Cambisoles húmicos ácidos se denominan
Umbrisoles.
- Suelos que se forman en regiones que presentan condiciones
climáticas húmedas o subhúmedas al menos durante una gran parte del año:
- Luvisoles: el
intenso lavado de estos suelos durante las estación húmeda permite la
acumulación de arcilla en los horizontes inferiores (Bt).
- Planosoles: formado
en zonas llanas o deprimidas, donde el suelo puede permanecer encharcado
estacionalmente.
- Podzoles: formados
en áreas frías y siempre húmedas, presentan un color gris, y son muy
ácidos por acumulación de humus en el horizonte A. Presentan una fuerte
diferenciación en horizontes.
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