Oposición Geografía e Historia. Bach. Historia de España. Prácticas Historia. Comentario de textos de Historia de España. El Manifiesto del Manzanares y la Vicalvarada, 1854. Tema 39.: La construcción del estado liberal y primeros intentos democratizadores en la España del siglo XIX.
Manifiesto del Manzanares. 1854, la “Vicalvarada”.
Señora:
Los generales, brigadieres, coroneles demás jefes que suscriben, fieles súbditos
de V.M., llegan a los pies del trono y con profunda veneración exponen que defendieron
siempre el augusto trono de V.M. a costa de su sangre, y ven hoy con dolor que
vuestros ministros responsables, exentos de moralidad y de espíritu de
justicia, huellan la leyes y aniquilan una nación harto empobrecida creando al
propio tiempo con el ejemplo de sus actos una funesta escuela de corrupción
para todas las clases del Estado.
Tiempo
ha, Señora, que los pueblos gimen bajo la más dura administración, sin que se
respete por los consejeros responsables de V.M. un solo artículo de la Constitución;
lejos de esto, se les ve persiguiendo con crueldad a los hombres que mayores
servicios han prestado a la causa de V.M. y las leyes sólo por haber emitido su
voto con lealtad y franqueza en los cuerpos colegisladores.
La
prensa, esa institución encargada de discutir los actos administrativos y
derramar la luz en todas las clases, se halla encadenada, y sus más ilustres
representantes ahogan su voz en el desierto los unos, y los otros protegidos
por alguna mano amiga, viven ocultos y llenos de privaciones, para librarse de
la bárbara persecución que esos
hombres improvisados han resuelto contra todos.
Los
gastos
públicos, que tantas lágrimas y tanto sudor cuestan al infeliz contribuyente,
se aumentan cada día y a cada hora, sin que nada baste para saciar la sed del
oro que a esos hombres domina; así, mientras ellos aseguran su porvenir con
tantas y tan repetidas exacciones, los contribuyentes ven desaparecer el resto
de sus modestas fortunas.
Mas no para
aquí, Señora, la rapacidad y desbordamiento de los ministros responsables;
llevan aún más allá la venalidad y la ambición. No han concedido ninguna línea
de ferrocarril algo importante sin que hayan percibido antes alguna crecida subvención;
no han despachado ningún expediente, sea éste de interés general o privado, sin
que hayan tomado para sí alguna suma, y hasta los destinos públicos se han
vendido de la manera más vergonzosa.
No ha sido
tampoco el ejército el que menos humillaciones ha recibido: generales de todas
graduaciones, hombres envanecidos en la honrosa carrera de las armas, que
tantas veces han peleado en favor de su Reina, viven en destierros
injustificables, haciéndoles apurar allí hasta el último resto del sufrimiento,
y presentándoles a los ojos de V.M. como enemigos de su trono.
Tantos
desmanes, Señora, tanta arbitrariedad, tan inauditos abusos, tanta dilapidación,
era imposible que a leales españoles se hiciera soportable por más tiempo, y
por eso hemos saltado a defender incólumes el trono de V.M., la Constitución de
la Monarquía que hemos jurado guardar, y los intereses de la nación en fin.
Guarde Dios dilatados
años la importante vida de V.M.
Alcalá de
Henares, 28 de Junio de 1854. Domingo Dulce, Leopoldo O'Donnell, Antonio Ros de
Olano, Félix María de Messina, Rafael de Echagüe, etc., etc.
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