Oposición Geografía e Historia. Anexo Tema 1: La concepción del espacio geográfico. Corrientes actuales del pensamiento geográfico.
Distintas
visiones geográficas", Geocrítica, 1978
Enmarcado en las grandes
"revoluciones científicas" (Kuhn) del s. XX, el avance de la
disciplina científica ha atravesado tres grandes fases a lo largo del siglo:
-la tradicional, bajo el paradigma
historicista especialmente francés de desarrollo en la 1a. mitad del siglo XX.
-la cuantitativa, bajo el
paradigma neopositivista de la postguerra.
GEOGRAFÍA
TRADICIONAL
Aunque teniendo raíces históricas a lo largo de los siglos, fue
solamente en el s. XIX que la Geografía comenzó a usufructuar del estatus de
conocimiento organizado, penetrando en las universidades. Las primeras cátedras
de Geografía fueron creadas en Alemania en 1870, y posteriormente en Francia.
Organizada y estructurada en función de las obras de Alexander von Humboldt y
de Karl Ritter, poco a poco la Geografía fue difundiéndose a los demás países.
Las contribuciones y las ideas presentadas por los geógrafos alemanes y
franceses tuvieron gran influencia en el desarrollo de esta ciencia en la
primera mitad del s. XX.
MARCO TEÓRICO.
Aunque teniendo
raíces históricas a lo largo de los siglos, fue solamente en el s. XIX que la
Geografía comenzó a usufructuar del estatus de conocimiento organizado,
penetrando en las universidades. Las primeras cátedras de Geografía fueron
creadas en Alemania en 1870, y posteriormente en Francia. Organizada y
estructurada en función de las obras de Alexander von Humboldt y de Karl
Ritter, poco a poco la Geografía fue difundiéndose a los demás países. Las
contribuciones y las ideas presentadas por los geógrafos alemanes y franceses
tuvieron gran influencia en el desarrollo de esta ciencia en la primera mitad
del s. XX. Si en Alemania los trabajos más significativos son los de Alfred
Hettner; en Francia los trabajos básicos son los de Paul Vidal de La
Blache.
Tratar la definición de la Geografía es asunto
delicado. En 1925 Alfred Hettner consideraba como objeto fundamental al estudio
de la diferenciación regional de la superficie terrestre. Esta definición fue
acatada y elaborada de modo minucioso por Hatshorne en 1939, en su obra The Nature of Geography.
Otra definición se refería al análisis de las influencias e interacciones entre
el hombre y el medio, que se expresó de modo claro en la proposición de Albert
Demangeon en 1942: "es el estudio de los grupos humanos en su relación con
el medio geográfico". Muy mencionada es la definición elaborada por
Emmanuel de Martonne, en su obra Traité
de Géographie Physique, cuya primera edición surgió en 1909 y la última en
1951. De Martonne ponderó que la "Geografía moderna encara la distribución
en la superficie del globo de los fenómenos físicos, biológicos y humanos, las
causas de esta distribución y las relaciones locales de estos fenómenos". Existió acuerdo en que la superficie
terrestre era el dominio específico del trabajo geográfico, aunque esas
definiciones en la práctica de la investigación geográfica estaban plagadas de
contradicciones dicotómicas.
Entre ellas,
dos merecen ser destacadas en esta oportunidad. La primera dicotomía estaba relacionada con la Geografía Física y la
Geografía Humana. Representando los conjuntos medio geográfico y
actividades humanas, la Geografía Física se destinaba al estudio del cuadro
natural, mientras que la Geografía Humana se preocupaba con la distribución de
los aspectos originados por las actividades humanas. En virtud del aparato
metodológico más eficiente de las ciencias físicas y de la espléndida
concatenación teórica elaborada por William Morris Davis, la Geografía Física
rápidamente ganó la imagen de ser la parte científicamente mejor consolidada y
ejecutada. Prácticamente, no había más necesidad de preocupaciones
metodológicas y conceptuales a sus propósitos. Desprovista del aparato teórico
y explicativo para las actividades humanas, así como por la imprecisión de los
procedimientos metodológicos, la Geografía Humana siempre se debatía en
procurar justificación a su parcela científica y en establecer su definición y
finalidad como ciencia. A esta dicotomía se unía el conflicto conceptual de ser
la Geografía una "ciencia única" o un conjunto de ciencias. Los
debates relativos a esta temática son continuos y siempre reabiertos, sin llegar
a una conclusión definitiva. Del artículo de Vidal de La Blache (1913) al
de Henry Baulig (1948), para ejemplificar, estos asuntos son relevantes.
La segunda dicotomía se refiere a la Geografía
General y a la Geografía Regional. Objetivando estudiar la distribución de los
fenómenos en la superficie de la Tierra, la Geografía General analizaba cada
categoría de fenómenos de una forma autónoma. Esta focalización resultó en la
geografía sistemática o tópica y en la subdivisión de la Geografía
(Geomorfología, Hidrología, Climatología, Biogeografía, Geografía de la
Población, de la Energía, Urbana, Industrial, de la Circulación y otras).
Mientras tanto, se debe recordar que el designativo general no se refería al
concepto de la metodología científica de procurar generalizaciones o leyes,
sino que se basaba en el principio de la "unidad terrestre" (La
Blache, 1896) y en la "escala planetaria" (Cholley, 1951). Tomaba en
consideración el hecho de comparar constantemente determinado fenómeno en un
lugar con "los fenómenos análogos que pueden presentarse en otros puntos
del globo, ... a fin de mostrar como es que sus particularidades se explican
por los principios generales de evolución" (De Martonne, 1954, p.
18). Teniendo en vista las concepciones davisianas, De Martonne ejemplificó con
el caso de la morfología litoral. En esa circunstancia, se poseía un modelo de
evolución de las formas litorales y a él se comparaban las características de
los casos cuya especificidad propiciaba clasificar conforme a las etapas de
evolución o de acuerdo con los tipos de influencias externas (costas de
emersión, costas de inmersión; costas atlánticas, costas pacíficas, etc.)
La Geografía
Regional intentaba estudiar las unidades componentes de la diversidad de la
superficie terrestre. En cada lugar, área o región la combinación y la
interacción de las diversas categorías de fenómenos se reflejaban en la
elaboración de un paisaje distinto que se originaba de una forma objetiva y
concreta. El estudio de las regiones y de las áreas favoreció la expansión de
la perspectiva regional o corológica, que tuvo como base las clásicas
monografías de la escuela francesa. Preocupados en comprender las
características regionales, el geógrafo desarrolló la habilidad descriptiva,
ejerciendo la caracterización ya establecida por La Blache en 1913.
Enfrentándose a cada caso, la explicación se basaba en el descifrar la
evolución histórica y establecer la secuencia de las fases que terminan en las
características del área o región considerada. Es también, tomando en cuenta la
condición de que el globo es un organismo coherente, con sus partes funcionando
de forma integradora, que se admite que muchas unidades espaciales ejecutaban
una "función" en términos del conjunto. (...)
En la
perspectiva corológica, la región es la unidad globalizada en la cual hay
interpenetración de todos los aspectos, los físicos y los humanos. Al estudiar
la región, el geógrafo podía comprender la totalidad. Esta totalidad,
resultante de la pluralidad de las cosas, señalaba la influencia relativamente
inconsciente que la visión de la filosofía de Hegel tuvo sobre el trabajo
geográfico. Esta noción de pluralidad de fenómenos está en la base del concepto
de Landschaft y de paisaje y creaba la posibilidad de considerar las regiones
como entidades objetivas, independientes del observador, siendo "objetos
concretos" del análisis geográfico (Hatshorne, 1939).
Una cuestión paralela incidía sobre el proceso metodológico. Analizando y comprendiendo el conjunto interrelacionado de los aspectos existentes en una región, se consideraba que cada categoría de fenómeno, en particular, era el objeto de determinada ciencia (Sociología, Economía, Demografía, Botánica, Hidrología y otras). Todas estas ciencias ejecutaban el análisis sobre los asuntos particulares. La Geografía, considerando la totalidad, correspondía al trabajo de síntesis, reuniendo y coordinando todas las informaciones a fin de lograr la visión global y totalizadora de la región. La vocación sintética se transformó en la responsable por la unidad de la Geografía, haciendo que la "Geografía tenga por objeto el conocimiento de las relaciones que condicionan, en determinado momento, la vida y las relaciones de los grupos humanos. Estas relaciones ponen en juego elementos y acciones de esencia múltiple, tan diferentes como la presencia de granito o la de una frontera" (Pierre George, 1961). En virtud de esta concepción amplia, todos los eventos de la superficie terrestre acaban perteneciendo al ámbito geográfico. La importancia asumida por la síntesis es tan grande que Jacque Iine Beaujeau Garnier (1971) observa que "el método geográfico analiza una porción del espacio concreto, esto es, investigar todas las formas de relaciones y de combinaciones que pueden existir entre la totalidad de los elementos presentes. Esto es la geografía global....". Además de reflejarse en el método, la síntesis geográfica es plenamente atendida en los estudios regionales, permitiendo a André Allix afirmar que "el estudio regional está en el corazón de nuestros trabajos. Ningún geógrafo es digno de este título si no se dedica a los esfuerzos por definir sintéticamente las regiones... El estudio regional es la expresión más completa del método geográfico". Como consecuencia del campo tan extenso y de la perspectiva sintética, resulta que "los geógrafos llegan a creer que su forma de trabajo es única y exclusiva, y que la Geografía no es una ciencia como otras" (Reynaud, 1974). De allí las afirmaciones constantes para señalar que la Geografía estaba caracterizada por poseer métodos propios y distintos de las demás ciencias. La Geografía es una ciencia singular.
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