domingo, 4 de abril de 2021

Oposición Geografía e Historia. Prácticas Historia: Comentario de textos. Un navío samio. Tema 24. La península ibérica hasta la dominación romana

 Oposición Geografía e Historia. Prácticas Historia: Comentario de textos. Un navío samio. Tema 24. La península ibérica hasta la dominación romana

"(...) un navío samio, que tenía por patrono a Colaios y que se dirigía hacia Egipto, fue arrojado fuera de su ruta a la isla de Platea; las samios confiaron todo el asunto a Corobios y le hicieron un depósito de víveres para un año. Ellos mismos, que, al partir de la isla, habían marchado con un enorme deseo de llegar a Egipto, navegaron fuera de su ruta, arrastrados por el viento del Este; y, sin dejar de soplar el viento, alcanzaron las columnas de Hércules y, conducidos por un dios, llegaron a Tartessos. Este lugar de comercio estaba sin explotar en esta época, de forma que, a su vuelta, estos samios realizaron con su cargamento el mayor beneficio que haya conseguido hasta ahora ningún griego, del que nosotros tengamos referencias exactas, si exceptuamos a Sóstrato, hijo de Laodamente de Egina, que ningún otro puede compararse con éste. De sus ganancias los samios dedujeron el diezmo, seis talentos y ordenaron fabricar un jarrón de bronce en forma crátera argólica." Heródoto hablando sobre Argantonio, rey tartessio

 Resolución de un opositor.

COMENTARIO DE TEXTO

Nos encontramos ante un texto histórico de fuente secundaria, ya que el autor lo escribió siglo y medio después de suceder los hechos narrados. Se trata de un texto de naturaleza historiográfica y de tema político-económico, escrito por Heródoto para dar a conocer unos hechos que tienen que ver con la llegada de los samios a tartessos.

Heródoto es un historiador y geógrafo griego del siglo V a.C., el fragmento que nos ocupa forma parte de su obra Historias, que tiene como objetivo narrar  los enfrentamientos que tuvieron lugar entre griegos y bárbaros.

El texto trata del acontecimiento histórico por el cual Colaios de Samos llegó por primera vez hasta las tierras del sur de la Península Ibérica, concretamente tartessos, obteniendo de este contacto importantes beneficios económicos.

La noticia no constituye un relato del todo  independiente sino que aparece insertada dentro de un contexto más amplio como es la historia de la colonización de Cirene por los habitantes de la isla de  Tera. Dentro de ella, la referencia a Corobios, en particular la historia de su viaje hasta Tartessos, constituye una digresión de la línea narrativa principal, interesada sobre todo en seguir los pasos de los expedicionarios de Tera hacia las costas de África.

En el texto, podemos destacar una idea central, la llegada de los samios a tartessos, así como otras que lo complementan y explican:

·         El descubrimiento de las tierras de Tartessos es de forma casual.

·         Desde el punto de vista narrativo solo su relación temporal con el cretense Corobios parecería justificar su inserción en este episodio, pero casi de forma inmediata a la mencionada conexión, la atención se desvía hacia la propia historia de Colaios que  constituye sin duda  el punto focal de dicho pasaje.

·         Las Columnas de Heracles nos remiten a un universo del que la distancia es nota característica. Tartessos por su situación era una de esas zonas remotas del mundo.

·         Tartessos aparece como un lugar al que nadie hasta entonces había llegado, como se encarga de subrayar Heródoto al hacer referencia al carácter todavía virgen del lugar.

·         Tartessos poseían los productos más preciados y los recursos más cuantiosos.

·         Las ganancias obtenidas fueron evaluadas en sesenta talentos, es decir, 150 kilogramos de plata. Con la décima parte de los beneficios, Colaios y sus compañeros encargaron un magnífico exvoto en honor a la diosa Hera, patrona de Samos, como acción de gracias a la divinidad por el éxito del viaje.

El texto nos habla sobre una de las primeras campañas de colonización llevada a cabo por los griegos en la península, pero ¿Cuáles fueron los motivos que impulsaron a los samios a realizar esta primera incursión a tartessos?

Los motivos no son quizá muy difíciles de imaginar si tenemos en cuenta que el riesgo de la complicada hazaña de Colaios debía estar justificado por una gran causa,  el  beneficio que obtendrían gracias a la importante fuente de materias primas de las que gozaba este territorio. Tartessos ofreció unos beneficios increíbles a los samios que apenas resistían la comparación con cualquier otra empresa semejante.

Tartessos, desde época temprana, figuraba dentro del imaginario griego con una destacada relevancia como país situado en uno de los extremos del mundo, donde las riquezas, especialmente la plata, abundaban y cuyos monarcas constituían una referencia paradigmática por su sabiduría y longevidad.

Ésta sería la única referencia con que contamos para atribuir un perfil individual, aunque borroso, a toda una larga etapa de tanteos, expediciones fallidas y contactos esporádicos con claros fines comerciales que culminarían con el establecimiento definitivo de la presencia griega en algunos puntos de la costa ibérica.


COMENTARIO EXTENSO DE OTRO OPOSITOR: 

Nos encontramos ante un texto histórico de fuente secundaria, ya que el autor lo escribió siglo y medio después de suceder los hechos narrados. Se trata de un texto de naturaleza historiográfica y de tema político en el que se hace referencia a temas económicos.  El marinero Kolaios de Samos descubrió, casualmente, las tierras de Tartessos para la civilización griega en el siglo VII a.C., empujado por el viento apeliota o del Este durante una expedición comercial por el Mar Mediterráneo, según relata el historiador Heródoto de Halicarnaso. Los marineros de Kolaios aprovecharon la riqueza de minerales de Tartessos para desarrollar el comercio con las tribus indígenas. Los nautas helénicos regresaron a su patria con un formidable tesoro de 60 talentos. La noticia sobre la riqueza de las tierras de Tartessos se difundió con rapidez en el mundo helénico.

la noticia no constituye un relato del todo  independiente sino que aparece insertada dentro de un contexto más amplio como es la historia de la colonización de Cirene por los habitantes de la isla de  Tera.

Dentro de ella, la referencia a Coleo, en particular la historia de su viaje hasta Tartessos, constituye una digresión de la línea narrativa principal, interesada sobre  todo en seguir los pasos de los expedicionarios de Tera hacia las costas de África.

Sin embargo, a pesar de este carácter digresivo, Heródoto no parece haberse dejado llevar por sus inclinaciones habituales en este sentido. A diferencia de lo que ocurre en otras muchas ocasiones, el historiador no ha sacado excesivo partido de las posibilidades que la noticia le ofrecía al tratar de uno de los confines del orbe.

Sorprende en efecto la parquedad de sus informaciones sobre un lugar como Tartessos, que desde época temprana figuraba ya dentro del imaginario griego con una destacada relevancia como país situado en uno de los extremos del mundo, donde las riquezas, especialmente la plata, abundaban y cuyos monarcas constituían una referencia paradigmática por su sabiduría y longevidad

De esta forma Tartesos o las Columnas de Heracles nos remiten a un universo del que la distancia es nota característica. Situado en los confines extremos del orbe el mítico reino aparece de forma significativa al final de la secuencia geográfica que marca la carrera de descubrimientos realizada por los foceos Incluso se le distingue de Iberia, que ya de por sí debía representar para Heródoto y su mundo un espacio marginal y apartado poblado por tribus bárbaras dedicadas a hacer la guerra^*". Para llegar hasta él era preciso atravesar las Columnas de Heracles, lugar que en la conciencia griega aparece como sinónimo de lejanía extrema. Incluso el mismo Heródoto utiliza esta referencia a las Columnas con el fin de ilustrar de forma evidente la idea de lejanía con que una isla como Samos aparecía en la perspectiva de los griegos a comienzos del siglo V a.C. Fuera de ellas se encontraban sólo puntos extremos y limítrofes del orbe como la ciudad de Gadir, situada a orillas del océano, o pueblos casi desconocidos como los Celtas y Cinetes, que en palabras del propio Heródoto son los que habitan las zonas más occidentales de Europa. El relato de Coleo se acomoda bien a estas coordenadas. La distancia es efectivamente uno de los elementos que parece destacar Heródoto en esta historia por encima de otras circunstancias relativas a la realidad del reino tartesio que pudieran suscitar su interés. La distancia constituye en efecto el elemento relevante que convertía en hazaña la acción del navegante samio. Para llegar hasta allí era necesario atravesar las Columnas de Heracles- hecho que subraya expresamente Heródoto- que como hemos dicho antes constituían uno de los límites del mundo conocido para la imaginación griega y eran por tanto la puerta de entrada a lo desconocido, al Océano inmenso poblado de terribles monstruos marinos, el lugar que constituía por tanto la frontera misma del mundo accesible más allá del cual era imposible proseguir.

Además de la distancia. Heródoto desea destacar otro elemento significativo de su relato como es la enorme riqueza que el samio consiguió en su aventura viajera.

Coleo había obtenido unos beneficios increíbles que apenas resistían la comparación con cualquier otra empresa semejante. Esta supremacía aparente en los resultados de un viaje aventurado y también una característica del ámbito propiamente heroico si tenemos presente el alegato que este sentido dirige Menelao en el canto cuatro de la hazaña de Coleo se aproxima también de este modo al universo heroico, pero es a la vez también perfectamente coherente con su concepción del mundo. Tartesos por su situación era una de esas zonas remotas del mundo que poseían los productos más preciados y los recursos más cuantiosos y era por tanto lógico que quien consiguiera llegar hasta ellas obtuviera en este sentido el merecido premio.

Sin embargo, a pesar de esta coloración heroica, el episodio de Coleo encaja igualmente bien dentro de los parámetros generales que rigen la selección y presentación del relato herodoteo. El historiador jonio asume desde el principio la veracidad del relato mediante su inclusión dentro de una secuencia de acontecimientos históricos que le dan pleno sentido. El barco de Coleo viajaba rumbo a Egipto que era un destino habitual del comercio samio de aquel tiempo^^ y en su trayecto resultó desviado por la acción de los vientos a la isla de Platea donde se hallaba el cretense Corobio a la espera del regreso de los expedicionarios de Tera.

La acción de Coleo se somete además a los mismos controles que garantizan la veracidad de una historia. Así si la intervención divina justificaba el extraordinario viaje, su increíble ganancia se relativiza mediante su comparación con la que consiguió Sóstrato de Egina, a quien nadie podría superar. Con independencia de la realidad histórica concreta que se pueda esconder tras este nombre y la dimensión prodigiosa de sus empresas comerciales, es muy posible que Heródoto utilice de forma consciente la mención de un conocido comerciante, situado además en una cercanía tangible de comprobación como era la vecina isla de Egina, para validar la veracidad del relato referente a Coleo. Sus hazañas con ser grandes no superaban sin embargo los logros alcanzados por el egineta y esta circunstancia convertía la aventura de Coleo en una acción más creíble que ya no se alejaba de la medida humana a pesar de los parámetros míticos que rodeaban toda su historia.

Heródoto además refleja esta relativización sobre las enormes ganancias de Coleo mediante su expresión "al menos que nosotros sepamos positivamente", utilizando para ello el término axpeKeÍTj que ya había empleado en otros contextos para reflejar los límites de su conocimiento y la condición que garantiza la validez de sus afirmaciones". Heródoto refuerza todavía más esta misma apelación a la credibilidad de su relato al referir con cierto detalle la ofrenda realizada por Coleo y sus compañeros en el Hereo de Samos como acción de gracias a la divinidad por el éxito del viaje. La extraordinaria monumentalidad del objeto arroja ya de entrada serias dudas sobre su existencia efectiva^*. Sin embargo, Heródoto lo aproxima al ámbito de lo creíble al indicar casi de pasada que se trataba de una vasija del tipo de las cráteras argólicas. Esta aclaración ayudaría sin duda a forjar una imagen correspondiente en la imaginación de su público, asombrado en principio por la magnitud y el boato de la ofrenda. Heródoto además parece ofrecer de la misma una descripción que tiene su base en un testimonio por la precisión de los detalles que acompaña. Esta circunstancia se convierte también en un aval importante de la credibilidad de la historia dadas las preocupaciones que Heródoto refleja a este respecto a lo largo de su obra^^. La buena información relativa a Samos de la que dispuso Heródoto, demostrada con creces en otras partes de su obra, le convierten en un testigo fiable en este terreno y por tanto la misma inclusión de la noticia sin otra clase de prevenciones dentro de su relato constituye ya de hecho una confirmación por su parte de la veracidad admitida de la historia""*Resta considerar el objetivo que Heródoto perseguía mediante la inserción de la noticia en sí dentro de un contexto narrativo como el de la colonización de Cirene,  donde la misma, aparentemente, apenas parece cumplir ningún papel relevante.

Desde el punto de vista narrativo solo su relación temporal con el cretense Corobio parecería justificar su inserción en este episodio, pero casi de forma inmediata a la mencionada conexión la atención se desvía hacia la propia historia de Coleo que se constituye sin duda en el punto focal de dicho pasaje. La noticia en sí ha interesado por tanto a nuestro historiador de forma particular hasta el punto que consideró que la misma era digna de consideración por su propio contenido, con independencia de la razón de ser que justificaba su aparición en dicho contexto. Los motivos no son quizá muy difíciles de imaginar si tenemos en cuenta que la hazaña de Coleo de haber atravesado las Columnas de Heracles y haber conseguido alcanzar el reino mítico de Tartesos, que todavía por aquel entonces era un mercado virgen -aicTipaxov-, tal y

como se encarga de subrayar él mismo, constituyen uno de los casos claros de Coleo fue en efecto, según el testimonio del historiador, un auténtico pionero y en nada contradice esta noticia el valor factual de una referencia anterior al logro realizado por los focenses, quienes al decir del mismo Heródoto fueron quienes descubrieron estas lejanas tierras del extremo occidente'*^.El viaje de Coleo en cambio reviste como se ha visto las características de un hecho absolutamente excepcional, que no tuvo precedentes ni consecuencias inmediatas, dado que se nos presenta como una acción individual inintencionada -Coleo iba hacia Egipto- que por obra del azar y de la acción divina concluyó de forma afortunada y sorprendente. Tartesos aparece  aquí no como una entidad histórica asociada a la persona concreta de uno de sus monarcas sino como una referencia casi mítica de un lugar excepcional, situado más allá de las fronteras del mundo accesible y al que nadie hasta entonces había llegado, como se encarga de subrayar el mencionado apunte herodoteo sobre el carácter todavía virgen del lugar''^ El hecho de por sí tenía todos los elementos necesarios para suscitar la atención de Heródoto y llevarlo a incluir dicha noticia en el conjunto de su obra cuando el resquicio pertinente para su introducción así se lo permitía.

Es precisamente de este resquicio y de la justificación final de la historia dentro de su contexto narrativo de lo hablaremos para concluir. La breve digresión que constituye la noticia sobre el viaje de Coleo de Samos cumple una determinada función dentro del relato de la colonización de Cirene, donde se encuentra incluida.

Es efectivamente el mismo Heródoto quien al final de la misma nos proporciona la clave de lectura adecuada cuando a modo de colofón indica que este episodio fue precisamente "el origen remoto de los sólidos lazos de amistad que dréneos y tereos entablaron con los samíos'"^. La noticia funciona de esta forma como una especie de mecanismo etiológico que explica la razón histórica puntual de las buenas relaciones posteriores que se dieron entre esos pueblos. Se daba cuenta de forma dramática y explícita, mediante la referencia de un hecho completamente excepcional, de una realidad coetánea y conocida que requería ser explicada desde el punto de vista histórico, es decir para el que había que encontrar la aítíe correspondiente, y que para un jonio como Heródoto tenía un interés más que justificado.

Una vez situada la noticia sobre el viaje de Coleo de Samos dentro de su contexto adecuado desde el punto de vista narrativo hemos sin duda de volver a preguntamos sobre la implicación histórica de la misma. Hace ya tiempo que Rhys Carpenter emitió sus sospechas acerca de la veracidad completa de la historia por considerarla “too odyssean for full credence". Otros en cambio han apostado por la realidad escueta del viaje y han querido hallar las correspondientes pruebas arqueológicas del mismo"

 Sin embargo, quizá la realidad de los hechos es mucho más matizada como ya vio bien García y Bellido quien no aceptó la historia sin más y con su habitual agudeza crítica supo ver en ella un relato legendario elaborado a partir de hechos

reales''^ Es ciertamente probable que Heródoto escuchara en Samos noticias vagas sobre la hazaña del navegante, posiblemente ya mitificada por sus mismos compatriotas e incorporada de lleno a las glorias de la historia local donde debió figurar en un lugar señalado. Nuestro historiador decidió incorporarla a su obra pues la noticia reunía todas las características necesarias para interesar al propio autor y a su auditorio y encontró para la misma el lugar adecuado dentro del contexto narrativo de la colonización de Cirene donde cumplía una función determinada de forma inmejorable. Poco debieron preocuparle las connotaciones precisas que la tal noticia implicaba, especialmente dado su profundo desconocimiento del lejano occidente y su declarada incapacidad para poder ofrecer una información viable y veraz del mismo. La noticia cobra así su pleno sentido explicada dentro del marco  de la propia obra herodotea y pierde en cambio bastante relevancia fuera de la misma  pues nos hallamos frente a un relato fantástico de marinos con ribetes míticos cuya  precisa base real desconocemos y, a pesar de los considerables avances que en el  terreno arqueológico se han llevado a cabo a lo largo de los últimos años, apenas  estamos mejor capacitados para dar textura y cuerpo a la escueta referencia sobre la  aventura increíble del navegante samio de lo que estaba en su momento el propio  historiador de Haiicamaso

Heródoto, en sus Historias, hace referencia a Coleo de Samos, un navegante de mediados del siglo VII a. C que en su travesía hacia Egipto es desviado por el viento Apeliota (Levante) hacia esas columnas de Heracles en el estrecho de Gibraltar. Llegando a comerciar con el mítico rey Argantonio de Tartessos, unos tratos comerciales de los que obtuvo extraordinarios beneficios destaca la figura singular de Coleo de Samos, el navegante que según el testimonio de Heródoto llegó por primera vez hasta las tierras del sur de la Península Ibérica en algún momento del período arcaico'. Si aceptamos como históricamente válido dicho testimonio, ésta sería la única referencia con que contamos para atribuir un perfil individual, aunque borroso, a toda una larga etapa de tanteos, expediciones fallidas y contactos esporádicos con claros fines comerciales que culminarían con el establecimiento definitivo de la presencia griega en algunos puntos de la costa ibérica-

Apoyo documental para su realización: HERODOTO, COLEO Y LA HISTORIA DE LA ESPAÑA ANTIGUA F. Javier Gómez Espelosín Universidad de Alcalá de Henares (PINCHAR PARA VER). 

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