jueves, 13 de mayo de 2021

Oposición Geografía e Historia. Prácticas de Arte. Anexos: Arte Paleocristiano.


 Oposición Geografía e Historia. Prácticas de Arte. Anexos: Arte Paleocristiano.

ARTE PALEOCRISTIANO

 

1. INTRODUCCIÓN

El arte paleocristiano no es un estilo. Bajo esta denominación incluimos las obras artísticas realizadas, en el contexto del Imperio romano, al servicio de las primitivas comunidades cristianas. Desde el punto de vista formal y técnico, el arte paleocristiano debe ser considerado arte romano tardío. Supuso un retroceso formal pero tuvo la importancia de servir de puente entre el clasicismo grecorromano, ya en decadencia, y la emergente cultura cristiana que se desarrollaría a lo largo de la Edad Media.

El arte paleocristiano se desarrolla a partir de la crisis del siglo III y se extiende hasta el s. V. Suele dividirse en dos etapas separadas por el año 313. Hasta esa fecha, la religión cristiana vivió en la clandestinidad y sufrió frecuentes persecuciones ya que no aceptaba algunos de los fundamentos de la sociedad romana, como la esclavitud o el culto al emperador. Desde el 313, las circunstancias cambiaron como consecuencia del Edicto de Milán por el que el emperador Constantino convirtió el cristianismo en religión tolerada; unos años más tarde, el 390, Teodosio lo declaró religión oficial del Imperio. Cada vez era más evidente la identificación de la religión cristiana con el estado romano y del arte romano con el cristiano.

ARQUITECTURA PALEOCRISTIANA
Antes del Edicto de Milán
Los únicos restos arquitectónicos que nos recuerdan la práctica de la religión cristiana durante la etapa de la clandestinidad, son algunas viviendas particulares en que se reunían los creyentes, y las catacumbas. Las catacumbas eran canteras abandonadas que los cristianos compraron para enterramientos comunitarios y que, en los momentos de persecución, utilizaban para el culto. Constan de numerosas galerías subterráneas, en cuyas paredes se abren nichos llamados loculi, y desde las que se accede a algunas cámaras, cubicula, donde enterraban a los mártires más destacados. En las afueras de Roma se encuentran las de Santa Inés, Santa Priscila  y San Calisto.

2. Después del Edicto de Milán
Con el Edicto de tolerancia se empezaron a construir edificios específicos para el culto. El más importante fue la basílica, destinada a la celebración comunitaria de la eucaristía dominical:
·       La planta de la basílica responde a un plan longitudinal axial. Tiene un atrio o patio porticado que da acceso al nártex, vestíbulo reservado a los catecúmenos, por el que se entra en la basílica. Ésta tiene planta rectangular, dividida a lo largo en tres naves, de las que la central es más ancha; en su cabecera se abre, como a través de un arco de triunfo, un ábside semicircular que está orientado, es decir que señala hacia Oriente. En el ábside se sitúan el altar, la cátedra del obispo y los asientos para el clero. A veces hay también una cripta bajo el altar para las reliquias, una nave transversal -transepto- que da a la basílica forma simbólica de cruz y un segundo piso sobre las naves laterales, la tribuna.
En alzado, la nave central es más alta que las laterales. Las naves están separadas por columnas sobre las que apoyan, unas veces, dinteles y, otras, arcos. En la parte alta de la nave central se abren sendas hileras de ventanas -claristorio- que iluminan el edificio. La cubierta suele ser armadura de madera salvo en el ábside que tiene una bóveda de cuarto de esfera. El espacio interior de la basílica queda marcado por la direccionalidad, conformando un espacio camino que conduce la vista hacia el altar.
Los ejemplos más destacados de basílica son Santa Sabina, San Pablo Extramuros, San Juan de Letrán y Santa María la Mayor, en Roma.  
·       El baptisterio se situaba al lado de la basílica para celebrar los bautizos por inmersión. Son edificios de planta octogonal, cuyo espacio central está cubierto por una cúpula y rodeado de columnas. Alrededor de él se dispone el  deambulatorio, una nave más baja, cubierta con bóveda de cañón anular. El mejor conservado es el de San Juan de Letrán, en Roma.
·       Mausoleos. Eran iglesias sepulcro que, como los baptisterios, tienen un plan central con cúpula: el de Santa Constanza es de planta circular, y el de Gala Placidia, en Ravena, de cruz griega.
 ARTES PLÁSTICAS
Fueron aceptadas como soporte de la piedad, y cumplían una doble función: pedagógica, para servir de vehículo a la enseñanza de las verdades teológicas, y simbólica, como expresión del mundo del espíritu. Es, por este motivo, un arte espiritualista, deshumanizado y teocéntrico
3.1. Creación de una iconografía propia
El interés de los temas paleocristianos radica en que son la base de la iconografía cristiana posterior. Condicionados por los sucesivos cambios de situación, los cristianos empezaron apropiándose de temas romanos para no levantar sospechas durante la clandestinidad; más tarde representaron motivos doctrinales para afrontar las primeras desviaciones heréticas; por último, pretendieron reforzar el papel de la Iglesia frente a las injerencias del poder político. Pero siempre utilizaron un planteamiento simbólico y conceptual en el que importa más la idea expresada que la forma de representarla:
·       Muchos temas fueron adaptados de la tradición romana: el Buen Pastor, tomado del moscóforo, que simboliza para los cristianos a Cristo salvador; la orante es una figura femenina con los brazos en alto y las palmas abiertas, que invita a la oración; Cristo como Orfeo aparece rodeado de animales; Cristo doctor lleva un rollo en la mano como los pretores.
·       Símbolos. Utilizaron el pez como símbolo de Jesucristo porque, en griego, pez se dice ICQUS, palabra formada por las iniciales de una frase que sintetizaba las creencias cristianas: Jesucristo (Iesous Khistos), Hijo (Uios) de Dios (Theou), Salvador (Soter). Otro símbolo destacado era el Crismón, monograma de Cristo, del Mesías, formado por sus dos iniciales griegas “c” y “r” entrecruzadas. Es frecuente que el crismón se complete a los lados con el alfa (a, A) y la omega (w, W), que significan el principio y el fin, y que aparezca rodeado de la corona triunfal de laurel que recuerda el triunfo sobre la muerte y la eternidad de Dios. También aparecen símbolos eucarísticos (el pan o la vid), de las almas (palomas), y de la redención (el Agnus Dei).
·       Temas bíblicos del Antiguo Testamento. Se prefieren los relacionados con la promesa del Mesías. Así encontramos a Adán y Eva en el Paraíso, el sacrificio de Isaac, Daniel entre los leones, etc.
·       Temas del Nuevo Testamento. Los más frecuentes son el bautismo en el Jordán y los símbolos del Tetramorfos. A partir del siglo IV comienza a representarse la figura de Cristo según dos modelos iconográficos: el llamado alejandrino, joven y sonriente, sin barba e idealizado; y el siríaco, maduro de pelo largo y con barba poblada; este último se acabará imponiendo.
3.2. Pintura y mosaico
Con anterioridad al Edicto de Milán, se utilizaba la pintura mural para decorar las catacumbas. A partir del 313 adquirió importancia el mosaico para los muros y las bóvedas de basílicas y baptisterios. Pintura y mosaico se caracterizan por la desmaterialización de la imagen. Para ello se eliminan todos los elementos plásticos que acerquen la figura al mundo real: se tiende al antinaturalismo y al hieratismo, se elimina el claroscuro, se revaloriza la línea en detrimento del color, se representa el espacio bidimensional, etc.
Entre los ejemplos de pintura merecen señalarse el Buen Pastor, la Orante de la Catacumba de Santa Priscila. Los mosaicos más destacados son los de las bóvedas del Mausoleo de Gala Placidia y del Baptisterio de los Ortodoxos (ambos en Rávena).
.3. Escultura
Queriendo evitar que las formas acentuasen los valores materiales, la estética cristiana tuvo un cierto rechazo por la estatuaria. A pesar de ello han llegado hasta nosotros algunos ejemplos escultóricos, todos posteriores al edicto de Milán, como el Buen Pastor del Museo de Letrán, de tendencia alejandrina, o el Cristo Doctor del Museo Vaticano, sentado y con el Evangelio en la mano.
Más importantes y numerosos son los relieves de los sarcófagos. Uno de los más interesantes es el de Junio Basso, un antiguo cónsul, decorado con temas del Antiguo y Nuevo Testamento, dispuestos en dos registros entre pequeñas columnas.

 

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