Oposición Geografía e Historia. Prácticas Historia. Comentario Textos. Ascenso de Godoy (1792). 36. Crecimiento económico, estructuras y mentalidades sociales en la Europa del siglo XVIII. Las transformaciones políticas en la España del siglo XVIII
ASCENSO DEL PODER DE GODOY,
1792
El
rey Carlos IV y María Luisa recibían cada día (...) una gran impresión, un
choque moral con cada noticia nueva de lo que ocurría en Francia; era la época
de las angustias, de las desgracias del rey Luis XVI, de María Antonieta, la
reina, y de su infortunada familia. Profundamente impresionados por aquellos
acontecimientos desastrosos, Carlos IV y María Luisa les atribuían en parte, y
poco se equivocaban, al cambio continuo de ministerios a que se veía el rey por
las intrigas y las influencias contrarias y funestas de su corte. La vecindad
de los reinos hacía temer a cada instante que el incendio se comunicase de uno
a otro. Carlos IV miraba a su alrededor; no osaba contar con sus-propios medios
y no sabía en quién depositar su confianza. Dudaba... Este era el estado de
ánimo de Sus Majestades. Hubiesen querido encontrar un hombre que fuese su
propia hechura, un verdadero amigo, y que, ligado lealmente a sus personas y a
su casa, velase fielmente por el buen servicio del Estado: un súbdito, en fin,
en quien el interés particular se identificase con el de sus amos (...)
Las
alteraciones de Francia eran cada día más graves; el peligro de contagio cada
vez más amenazador. A un ministro viejo e irresoluto acababa de suceder otro
anciano que, pasándose de extremo contrario, quería arriesgarlo todo. La
pusilanimidad de uno, la temeridad del otro, inspiraban al rey idéntica
desconfianza. Provocaciones, insultos directos salían de la tribuna francesa;
el trono de Luis XVI acababa de hundirse; la República le había sustituido y no
se hablaba sino de revolucionar los Estados vecinos, de llevar a ellos la
propaganda y la guerra. Ya la invasión había tenido lugar en el Norte; Luis
XVI, jefe de la familia de los Borbones, con la reina y sus hijos, prisioneros,
iban a ser juzgados. ¿Qué hacer? ¿Qué conducta política adoptar? ¿Cómo librarse
de la fatalidad de la suerte? La tormenta estallaba, rugía por todas partes.
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